El cuervo está muy hambriento, y a falta de manjares mejores ha decidido aprovecharse de nuestro árbol familiar para saciar su apetito. Está claro que la familia se unirá para impedir que el aprovechado pajarraco se salga con la suya. Hay que recolectar todas las cerezas del árbol para impedir que el cuervo llegue hasta ellas. Y hay que hacerlo rápido. Memoria, algo de suerte y trabajo en equipo… ¡y lo habremos conseguido! Vamos a salvar la fruta de nuestro Frutalito.